10.12.08

"LA SEQUÍA"

Uruguay vivía una sequía nunca antes vista en la historia del país. El ganado y las praderas parecían desaparecer poco a poco, yéndosele la vida a falta de lluvia. Los meteorólogos no parecían traer buenas noticias a la hora del informativo.
En el campo los pequeños y grandes productores veían como morían ingratamente sus vacunos... aquello era un desastre.
Me acuerdo que la gente caminaba por las calles de Montevideo anunciando tristemente que no existían registros de una sequía tan importante; y yo pensé para dentro de mí: ¿Por qué todos nos lamentamos cuando algo grave sucede a nuestro alrededor?, ¿Cuál ser viviente provoca estas situaciones tan lastimosas?. Muy pocos tienen las respuestas más que sabidas, y eso es lo que más me duele en el alma. Formo parte de la peor miseria que en el Planeta Tierra pudo habitar, es triste y doloroso de solo pensarlo.

Melina, una amiga, siempre me recuerda que en su casa se hace todo lo posible e imposible para ayudar a detener el calentamiento global, problemática que se ha establecido en la sociedad por nuestra propia y terca voluntad. No quiero juzgar a Melina... pero en mi país y en el mundo, todos llenan su cara de tristeza al momento de la noticia, pero luego... ¿qué sucede?. Aquella supuesta “preocupación” se esfuma de golpe. Entonces es válido afirmar que el ser humano tiene unos cuantos defectos bastante perturbadores.

Ayer leía el diario de la mañana: Llovería muy poco hasta dentro de dos meses, la sequía seguiría haciéndose presente entre nosotros.




IVO GARCEV.
diciembre dos mil ocho.