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Aaron Peirsol, Brendan Hansen, Phelps --quien nadó la brazada mariposa-- y Jason Lezak se impusieron con un récord mundial de 3 minutos y 29.34 segundos, batiendo la marca antigua de 3:30.68 establecida hace cuatro años en Atenas.
El récord de Spitz perduró 36 años tras su mítico desempeño en los Juegos de Munich.
Los estadounidenses barrieron con los relevos masculinos en Beijing, Phelps al frente en los 4x100 y 4x400 libre.
Australia se quedó con la plata en el 4x100 combinados con 3:30.04 y Japón el bronce con 3:31.18.
El proclamado objetivo de Phelps era destronar a Mark Spitz, quien embolsó siete doradas en Munich hace 36 años. Y la "bala acuática" cumplió.
En la búsqueda de esa hazaña, Phelps ya se había convertido en el atleta más laureado en la historia de los juegos --ahora lleva un total de 14 oros contando los ocho de Beijing--, superando así a su compatriota Spitz, al atleta finlandés Paavo Nurmi, la gimnasta ucraniana que representó a la Unión Soviética Larysa Latynina y al velocista estadounidense Carl Lewis.
"No hay nada imposible", dijo Phelps. "Con tanta gente que decía que no se podía conseguir, pues todo lo que se requiera es tener la imaginación y eso que aprendí y algo que me ayudó".
"Los Juegos Olímpicos de Beijing ha sido testigo del mejor atleta olímpico de todos los tiempos .... Michael Phelps, de Estados Unidos", proclamó el anunciador en el Cubo de Agua.
Como director de una orquesta completada Aaron Peirsol, Brendan Hansen y Jason Lezak, la sinfonía de Phelps impuso un récord mundial de 3 minutos y 29.34 segundos, batiendo la marca antigua de 3:30.68 establecida hace cuatro años en Atenas.
Los estadounidenses barrieron con los relevos masculinos en Beijing, con Phelps al frente en los 4x100 y 4x400 libre. Phelps también ganó los 400 combinados, 200 libre, 200 mariposa, 4x200 libre, 200 combinado y los 100 mariposa.
"Sin el aporte de mis compañeros esto no hubiese posible", declaró Phelps. "Pude ser parte de tres relevos y logramos completar un sólido trabajo de equipo".
Estados Unidos nunca ha perdido la medalla del relevo en los Juegos Olímpicos, pero esta vez no fue fácil. Cuando Phelps se zambulló en la piscina para cumplir su parte, los estadounidenses estaban terceros, detrás de Japón y Australia.
Pero Phelps, repitiendo la actuación que antes le dio su séptima medalla de oro, se puso en primer lugar, entregando la responsabilidad final a Lezak.
El australiano Eamon Sullivan trató de alcanzar a Lezak y parecía estar lográndolo al acercarse a la llegada, pero Lezak tocó primero decretando el séptimo récord mundial de Phelps.
