13.8.08

DISCRIMINACIÓN EN LOS JUEGOS DE BEIJING


Una niñita cantante sacada de escena por su imagen imperfecta, una bailarina accidentada a riesgo de no volver a caminar e imágenes de TV falseadas opacaron el brillo de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, el viernes último, a la que asistieron más de 80 altos mandatarios del mundo y que tuvo una teleaudiencia de 4000 millones de espectadores.
Lin Miaoke, la niña de 9 años que cantó "Oda a la Patria" durante el acto, con mohines deslumbrantes y una voz angelical, no era quien entonaba, pues sólo se dedicó a hacer mímica y gesticular para las cámaras.

La voz que sonó por los altavoces del estadio y que también captó la transmisión internacional era de Yang Peiyi, otra niñita, de 7 años, que tenía timbre aterciopelado, pero una imagen poco agraciada para la TV.

"Hicimos la elección justa para la nación. La imagen de la cantante debía ser impecable, expresiva y estar en línea con el sentimiento nacional. Lin tenía esas características visuales, pero las sonoras pertenecían a Yang", indicó el director musical de la ceremonia, Cheng Qigang.
Una cara regordeta, una mirada poco expresiva y una dentadura demasiado irregular sacaron a Yang de foco, pero su gran entonación la mantuvo firme en la banda sonora, el mundo la escuchó, pero nadie la vio.

Pero hay más. Liu Yan, la bailarina de 26 años que debió interpretar un baile como solista en un acto central de la fiesta, se accidentó en un ensayo y permanece en un hospital, paralizada y a riesgo de no volver a caminar. Los médicos confían en que la muchacha pueda ponerse de pie nuevamente, pero ya tienen certezas de que no volverá a correr ni saltar jamás, informó el periódico local Shanghai Daily.

Liu cayó de un escenario móvil ubicado a tres metros de altura el 27 de julio pasado y se lesionó una de las vértebras, que afectó la médula espinal. Actualmente se recupera en el Hospital de Liberación Popular de Pekín.

Zhang Jigang, coreógrafo general de la ceremonia, afirmó que Liu "permanecerá por siempre como la primera bailarina del espectáculo", a quien había elegido luego de una ardua selección por sus notables condiciones estéticas y técnicas.

Además de los dobles de cuerpo del canto y de la danza, algunas de las imágenes de la transmisión internacional no eran del día de la ceremonia, sino tomas de precaución de archivo, que se aplicaron, sobre todo, durante las explosiones de los 29.000 fuegos artificiales que intentaron recordar que la pólvora nació en China.

"Las filmaciones se realizaron en los ensayos preliminares y las guardamos para garantizar una buena imagen por si las condiciones meteorológicas no eran adecuadas el día de la apertura", reveló Wang Wei, vicepresidente del comité organizador. Ese viernes, en Pekín estuvo nuboso y con amenaza de lluvia, por lo que "en la transmisión pudieron usarse algunas tomas de archivo para mejorar la estética", admitió Wang.

La fiesta tuvo otros engaños admitidos por los organizadores, como la presencia de voluntarios y sus parientes en las gradas, para que el estadio no tuviera butacas vacías, pese a que se había anunciado que se habían agotado los 6,8 millones de boletos para todos los días.